By donapatriciaroot 30 de Mayo de 2025
Del valle al puerto: así se exportan las pasas de Doña Patricia a más de 20 países
El viaje de nuestras pasas desde Chañaral hasta el consumidor final
En un mundo globalizado donde los productos recorren miles de kilómetros antes de llegar al consumidor final, garantizar la frescura y calidad de los alimentos se convierte en un desafío logístico complejo. En Doña Patricia, hemos perfeccionado un sistema de exportación que nos permite llevar nuestras pasas desde el árido valle de Chañaral hasta mesas en Alemania, Corea del Sur, Brasil y Estados Unidos, manteniendo intactas todas sus propiedades.
El proceso comienza en nuestros campos, donde se seleccionan cuidadosamente las uvas que cumplen con los estándares de tamaño, color y madurez. Estas uvas pasan por un secado natural bajo el sol del desierto de Atacama, lo que garantiza una deshidratación pareja, libre de conservantes. Una vez listas, se trasladan a nuestra planta de procesamiento, equipada con tecnología que permite clasificar, limpiar y empacar el producto bajo estrictos controles sanitarios.
Cada lote es inspeccionado por un equipo de calidad, que asegura que las pasas cumplan con los requisitos exigidos por los mercados de destino. Esto incluye certificaciones como HACCP, análisis microbiológicos, y controles de trazabilidad que permiten seguir el recorrido del producto desde la vid hasta el cliente.
Posteriormente, las pasas se empacan al vacío o en bolsas termoselladas, según los requerimientos del comprador. El producto es almacenado en cámaras con temperatura y humedad controladas, listas para ser transportadas en contenedores refrigerados que parten desde los puertos de Valparaíso o San Antonio hacia el mundo.
“La logística no es solo mover cajas, es cuidar nuestra reputación. Cada cliente internacional confía en que recibirá la misma calidad sin importar la distancia” — Departamento de Operaciones de Doña Patricia
Además del transporte físico, nuestra estrategia de exportación incluye relaciones comerciales sólidas con distribuidores, asistencia técnica postventa y adaptación a normativas locales. Esto nos ha permitido abrir mercados exigentes y mantener relaciones comerciales sostenibles a largo plazo.
En resumen, exportar pasas es mucho más que un negocio: es un compromiso con la excelencia, la transparencia y la identidad de una región que ha sabido transformarse en un referente agroalimentario a nivel mundial.